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Las necesidades españolas de
recursos forestales se cifraban en 4,5 millones de metros
cúbicos, teniendo una producción de 3,2 millones se esperaba
compensar el déficit de 1,3 millones de metros cúbicos con las
repoblaciones. Siendo las necesidades por sectores en 1957 las
siguientes: industria celulosa (200.000 m3), postes (40.000
m3), embalajes (900.000 m3). Aserraderos (1.250.000 m3),
puntales de mina (980.000 m3), traviesas de ferrocarril
(300.000 m3), TOTAL 3.670.000 M3
El informe de la FAO exalta la política de reforestación. No
obstante, perjudicó al sector ganadero al acotarse los montes,
siendo un factor para el abandono de la ganadería y la
posterior despoblación del Pirineo.
Tampoco fueron muy positivas
para los trabajadores. Se pagaron salarios muy bajos que
hicieron muy penosa la subsistencia, sin apenas coberturas
sociales durante los 16 años que duró la posguerra.
Las acotaciones de los montes para el pastoreo y la
explotación del monte por parte del ICONA y la Confederación
Hidrográfica del Ebro han sido considerados (por algunos
investigadores) como los principales agentes despobladores del
Pirineo.
En el Valle de Ansó, durante
los años 20 y 30 el 23% de la población activa, trabajaba en
la madera. En los años 50 con las repoblaciones forestales
esta proporción se multiplicó, entre 65 y 70 personas se
dedicaban a la explotación y otras 30 a las repoblaciones.
Los trabajos consistían en marcar madera para la tala,
trabajos en secaderos y en el vivero, conservación de caminos
y pequeñas construcciones.
Predominaban trabajadores mayores de 50 años o muy jóvenes. Se
cobraban unas 35 pesetas diarias (años 50) de lunes a sábado
con 8 horas de trabajo en el tajo, el tiempo de desplazamiento
corría a cuenta del trabajador y
generalmente se regresaba al pueblo por la noche.
La temporada de trabajo era de Abril a Noviembre, en invierno
se plantaban pinos y si las condiciones atmosféricas impedían
trabajar, no se cobraba.
Los trabajadores aportaban su propia herramienta, se llevaban
la comida de casa en fiambreras, generalmente sardinas
rancias, embutido, tortillas, pan y mucho vino. Se disponía de
un seguro médico de atención pero sin baja, si se accidentaban
y no podían trabajar no cobraban el salario diario.
Parte importante de estos trabajos era el realizado en los
secaderos, donde se obtenían las semillas para repoblar pinos,
obteniéndose al calentar las piñas en una mesa con arena fina
a la que se calentaba con estufas. |