LAS CONDICIONES LABORALES

 
 

 

 
 
  Los picadores mejoraban sus condiciones laborales con respecto a los trabajadores de las repoblaciones, tanto en salarios como en seguros colectivos, si bien realizaban un mayor esfuerzo físico y aumentaba la peligrosidad y los accidentes. El cobro se hacía al acabar el lote y así sucesivamente hasta completar los metros cúbicos anuales. El precio de 50 pts el metro cúbico se dividía entre los miembros de la cuadrilla de picadores, de la misma forma lo hacían los encargados de sacar la madera con los mulos, con lo que cada picador podía cobrar unas 10.000 pts al año, entre un 25 o un 30% más que los repobladores forestales. Siendo éstos salarios muy parecidos desde el Irati hasta Benasque.
Una mejora importante era el seguro colectivo, que además de la atención medica, se pagaba la baja laboral si tenían un accidente. Estos seguros los hacía el contratista que aseguraba una cantidad de operarios sin nombre, de manera que se podía atender a varios trabajadores mientras no se sobrepasara el número contratado.
Durante los años cuarenta se premiaba a los trabajadores con aguinaldos que consistían en productos escasos para la población como botellas de aceite o naranjas. Más adelante, si se portaban bien el ingeniero les pagaba un poco más.
En lo más duro de la posguerra la alimentación era escasa, la base de la alimentación era el pan condimentado de diferentes formas, migas en Ansó y Echo y cortadas mas gruesas para sopa en el valle de Gistaín. Casi siempre acompañadas con sardinas rancias y tocino. Los vascos y navarros consumían grandes cantidades de habas.
Ya en los años 50 con la desaparición de las cartillas de racionamiento y el final de la posguerra, comenzaron a introducirse en la dieta carne, bacalao y legumbres y también otras delicatesen como chocolate, fruta en almíbar y aceite.
Se comenzaba a las 6 de la mañana con algo de chocolate, galletas y una copa de anís, se desplazaban al tajo donde se almorzaba a las 8.30, generalmente migas, se continuaba hasta las 13.30 momento en que se comía algún guiso de carne con patata y tras una breve siesta se continuaba de 15 a 20.30, volviendo a la caseta.
El suministro se hacía una vez a la semana, generalmente el lunes, se subían con camiones hasta Zuriza y de allí en burros hasta el tajo. La carne era lo primero en consumirse, solía ser de oveja o mayor , ya que sin medios de conservación no aguantaba más de tres días sin que empezara a oler o se cucase, lo cual no era un impedimento para que acabara en la olla, después el bacalao era el sustituto elaborado en ajoarriero. Ansó que en los años 50 contaba con unos 1.000 habitantes, con tres panaderías (Gurrillón, Navarre y Saletas), varias tiendas de ultramarinos (Fabian, El Siglo, Estanco, Bepere, Borra) y varias carnicerías (Chimena, Alterao, Saletas, Guellos , Chudas), abriéndose otras más adelante y cerrando éstas.